martes, 20 de noviembre de 2012

¿Seguir las baldosas amarillas?


He intentado escribir y camuflar mis sentimientos tras una maraña de palabras bien sonantes y no puedo. No puedo crear poesía, ni historias capaces de enganchar a un lector interesado.
Por tanto, el escrito de hoy será una mera reflexión, la confesión de un melómano confundido, a punto de cometer atrocidades e incapaz de llevarlas finalmente a cabo.
Estoy confuso porque ya no puedo ver mi destino. ¿Para qué ha sido creada esta alma, Delfos? Estoy sediento de cordura en un momento gobernado por locos pasionales. ¿Por qué estaba luchando día a día?
Necesito un lucero guiador, una luz brillante que reviva el fulgor del pasado y me haga seguir luchando por los sueños, ya que yo soy un conquistador de ellos.
Preciso de una fuerza vital, una energía revitalizadora, una poción de amor que me cure las entrañas y me llene de positividad. Meditar al alba u oír a los pájaros cantar puede ser una buena opción.
Y aquí acabo, otro día menos que vivir, otro día más que seguir adelante. Yo me llevaré de la mano, me levantaré de estas profundidades, iluminaré tu oscuridad y calmaré mis tormentas.
Voy a brillar, no son palabras de un necio, sino de un bohemio artista que va a haceros palpitar, nota a nota, hasta haceros llorar, víctimas de la emoción que puede producir una canción. Esta es mi magia y aún creo en ella.