sábado, 19 de marzo de 2011

Los colores de tu piel.

Colores que se mezclan en el fondo blanquecino de una pared. Tú y yo los mezclamos, los arrojamos despreocupadamente en medio de una sinfonía de risas.

Esa pared era nuestra, en ella plasmamos nuestro amor, con miles de caricias de color azul, unos cuantos besos de color verde y unas miradas de color violeta.

Solíamos contemplarla mientras lo hacíamos. Era nuestro propio monumento hecho con el amor que compartíamos. Era la entrada a nuestro rincón.

He intentado pintarla de nuevo miles de veces. Los botes de pintura la rodean pero nunca tengo las fuerzas suficientes…

Es tan difícil ver la entrada al paraíso y, por mucho que lo intentes, no poder entrar en él.

Algunas veces siento que algún día volveremos a usarla, que volveremos a irradiar nuestro amor con miles de tonos distintos, creando un nuevo arco iris.

Es tan solo una pared… ¿por qué darle tanta importancia?

Iluso, de creer que dejaré de dársela, e iluso por pensar que se repetirá de nuevo.

Después de todo sigo aquí… por si los astros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario