sábado, 23 de abril de 2011

Tartas merengadas.

Manchas de chocolate llenan nuestros rostros. La nata adorna tu sonrisa, haciéndose el pastel más apetecible que en mi vida vi.
Nos manchamos de amor. Todo nuestro cuerpo cubierto de esa sustancia tan añorada por algunos pocos e infravalorada por otros tantos.
Besos dulces, caricias de sabor empalagoso y miradas melosas.
Nos dejamos hacer uno en medio de esta batalla de caramelos. Acabamos haciendo el amor durante toda la noche.
Finalmente, nos quedamos dormidos en un intenso abrazo. Solos, tú y yo.
Dulces sueños, amor.
Dulces sueños, corazón.

1 comentario: