martes, 7 de junio de 2011

Y fueron muriendo los ángeles caídos:

Diluvio de emociones, todas desbordando mi ser.

Fuego ardiente, aire gélido, y agua congelada. El Apocalipsis que creaste va destruyéndome poco a poco.

¿Dónde está el Salvador? ¿Y ese ángel guerrero? ¿Dónde está ese amor capaz de calmar las temibles fuerzas de la naturaleza? ¿Dónde quedó lo nuestro?

Te busco entre medio de tanta destrucción, pero, a la vez, intento olvidarte.

Dejo que el fuego queme tus recuerdos, que el aire se lleve tus palabras y que el agua borre tus caricias.

Intento dejarme seducir por los diablos, olvidando lo mucho que sufro porque tú ya no estás aquí. Caigo en sus trampas y me permito devorar por sus alimañas. Es menos doloroso que enfrentarme a tu huida. Mis alas no tienen fuerzas para seguirte.

¿Será tarde para la salvación de mi mundo? ¿Tendré tiempo de volver a tus brazos?

En siete días se hizo el universo, en siete días te encontré para luego perderte. En siente días se destruyó nuestro mundo.

Siete… los días sin saber de ti.

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